Por: Bernardo Socha Acosta
Para cualquier desprevenido colombiano, las cosas no andan bien en nuestro país. Cuando los sectores más importantes de la producción nacional y quienes construyen la riqueza de una sociedad, deciden realizar una protesta por motivos que son suficientemente claros, los representantes del gobierno no pueden responder con amenazas y represión, porque ahí es donde germina la rebeldía popular y la violencia. Por eso han surgido movimientos de extrema.
Bien lo dijo un prelado de la Iglesia
católica al respecto, que a los productores del agro, no se les puede calificar
de subversivos porque reclaman sus derechos. Será que estamos cayendo en ese
extremo, que solo fue visible de algún pasado presidente de la república; que
todo lo arreglaba con los fusiles y nada de diálogo. Leer más
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